Eguzkilore.

Desde la noche de los tiempos.......
El Eguzkilore o Flor del sol.

Al principio de los tiempos, el sol era uno de los poderes más relevantes que guiaban el mundo. Sus propiedades alcanzaban mucho más allá de los beneficios naturales que proporcionaba para el desarrollo de la vida humana.

En nuestra tierra este poder estaba simbolizado, entre otros muchos elementos, por el Eguzkilore. Colocándolo en la entrada del caserío otorgaba la protección del sol a sus moradores. Con él "la casa" estaba segura ante los espíritus que habitaban en la noche, ante la tormenta o el trueno.

La historia del Eguzkilore ha llegado hasta nuestros días envuelta en leyendas que se contaban durante la noche, a la luz de la lumbre de los caseríos, transmitidas de abuelos a nietos, de generación en generación...

"Durante la noche, las Lamias -personajes de la mitología vasca- se acercaban a los caseríos donde había un recién nacido para llevárselo con ellas. Cuando llegaban a la puerta, tan sólo tenían que contar los pétalos del Eguzkilore colgado y decir el número en alto para traspasar el umbral y alcanzar el objetivo deseado.

Pero estas deidades femeninas no dominaban los números y esta flor tiene gran cantidad de pétalos, así que comenzaban -1, 2, 3, 4,...- y siempre se equivocaban, teniendo que volver a empezar a contar. Así sucedía una y otra vez... hasta que el sol lanzaba sus primeros rayos. Las Lamias huían despavoridas por su poder y se retiraban a sus cuevas... para seguir intentándolo noche tras noche, según dice la leyenda, sin éxito."

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